Un artículo publicado en la edición anticipada de septiembre de la revista Clínicas Psiquiátricas de Norte América, presenta una revisión actualizada acerca de las emergencias asociadas a trastornos de la conducta en adultos mayores, en la que se destacan los siguientes puntos:
- Como resultado de múltiples cambios fisiológicos y farmacocinéticos, los ancianos son más vulnerables a los efectos secundarios de los diferentes medicamentos y requieren dosis más bajas y menores tasas de titulación.
- La población geriátrica es un grupo de alto riesgo de suicidio, con una intención más seria, menos señales de advertencia y más letalidad. La evaluación del riesgo de suicidio debe ser parte de la evaluación psiquiátrica de rutina en el servicio de emergencias.
- El diagnóstico rápido y el tratamiento del delirio en situaciones de emergencia es esencial dado la asociación con peores resultados, como la hospitalización prolongada, el riesgo de deterioro cognitivo y el aumento de la mortalidad.
- Las intervenciones conductuales para la agitación en demencia son la medida de primera línea. Las opciones farmacológicas con eficacia demostrable se limitan principalmente a los antipsicóticos, cuyo uso es problemático, ya que todos los medicamentos de este grupo farmacológico aumentan el riesgo de mortalidad en la demencia.